Reiteramos una vez más nuestro agradecimiento a los 13 participantes en el documental (Leocadio Rueda, Javier Ruiz, Manuel Moral, Francisco Gragera, Félix Amaya, Francisco Rodríguez, Antonio Sánchez, Juan Sangrán, Antonio Guillén, Antonio Suárez, Manuel Guerrero "Cantalobos", José Olivo y Nicasio Clemente), así como a los patrocinadores que lo hicieron posible; casi 250 personas individuales, empresas, asociaciones y fundaciones que, desde el primer momento creyeron en nosotros, entre los que destacan las fundaciones CajaSol, Trifolium y Savia, las asociaciones Hombre y Territorio, Acción Lobo, Chelonia y la Sociedad Gaditana de Historia Natural, el Centro de Educación Ambiental 'La Dehesa' (Riópar), las casas de turismo rural 'Tierra de Linces' y 'Mirador de los Tomillos' (Azuel), Acajú Comunicación Ambiental, Carlos Sanz Producciones, Magix y Llobu. No nos olvidamos tampoco de Francisco Contreras Parody, Jorge Escudero, Josep Maria Massip, Ivan Parrillo, Paco Martin Barranco, Ángel España Báez, Carlos Márquez y tantos otros, sin cuyo concurso este grito desesperado en favor del gran depredador mediterráneo no hubiera visto la luz.
Esta fue nuestra alocución al recoger el premio (obviamos la transcripción de la primera parte, que correspondió a los agradecimientos que acabamos de mencionar):
"El lobo, fuente inagotable de emociones, es perfectamente compatible con la actividad ganadera; tan sólo el 0,7% de las bajas constatadas por estudios científicos en España son atribuibles al lobo. Los verdaderos problemas de la ganadería en este país son la Política Agraria Comunitaria (la PAC), los bajos precios -su injusta desvalorización-, las epizootías, los fenómenos climáticos adversos, los intermediarios, los fraudes en la declaración de daños o la globalización; el lobo es también perfectamente compatible con la actividad cinegética (los mejores trofeos de ciervo, gamo, corzo o jabalí se dan desde hace muchos años en el norte de España, en zonas como la sierra de La Culebra, la comarca de Europa occidental con mayor densidad de lobos... y no aquí, en Sierra Morena, que desde que no hay lobos la rentabilidad de esta actividad no deja de decrecer y de no generar réditos sociales y económicos entre sus habitantes; el lobo es un aliado de los propietarios de fincas frente al cambio climático, la desertización, el decaimiento forestal o la nula regeneración del monte mediterráneo, pues es un garante del equilibrio ecológico y la funcionalidad de los ecosistemas al regular las desproporcionadas poblaciones de ungulados silvestres andaluces; y se ha convertido también en un elemento dinamizador del medio rural en el norte de España, ya que en zonas como Zamora o Riaño, el turismo responsable y bien gestionado -el lobo vivo-, deja casi diez veces más ingresos que su caza, lo cual mejora su percepción social y la cohabitación entre el ser humano y los grandes carnívoros.
El lobo es muchísimo más que un animal. A los andaluces nos ha dado historia, cultura, vocabulario, toponimia, heráldica, refranes, misterio, leyenda, identidad, arquitectura... No podemos permitirnos el lujo de que esta especie desaparezca... Sentiríamos un inmenso vacío cultural y quedaríamos huérfanos de naturaleza.
El lobo debe y tiene que volver a Sierra Morena. Muchas gracias a todos".
El lobo es muchísimo más que un animal. A los andaluces nos ha dado historia, cultura, vocabulario, toponimia, heráldica, refranes, misterio, leyenda, identidad, arquitectura... No podemos permitirnos el lujo de que esta especie desaparezca... Sentiríamos un inmenso vacío cultural y quedaríamos huérfanos de naturaleza.
El lobo debe y tiene que volver a Sierra Morena. Muchas gracias a todos".
Y que a nadie le quepa la menor duda: El lobo va a volver a Sierra Morena.
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